El sistema digestivo y su influencia en el sistema inmune

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Del  buen funcionamiento del sistema digestivo depende la energía y nutrición de todas las células del organismo. Pero el sistema digestivo no sólo se encarga de la digestión y asimilación de nutrientes esenciales para la vida, si no que  también interviene en el proceso de defensa inmunitaria a través de diferentes mecanismos :

  • Mediante una barrera física, formada por la mucosa y el epitelio intestinal, que desempeña un papel de «filtro», dejando pasar los nutrientes al mismo tiempo que impide la penetración de microorganismos y toxinas en el organismo.  
  • Mediante una barrera química constituida por ciertas enzimas, el ph ácido de las secreciones gástricas etc.
  • A través del sistema inmunitario intestinal o GALT (tejido linfoide asociado al intestino) que interactúa con los mecanismos generales del sistema inmune para proteger al organismo frente a los agresores y al mismo tiempo permitir una tolerancia a los alimentos. Y es que un 80% de las células inmunitarias se concentran en el intestino
  • A través de la microbiota, una comunidad de microorganismos vivos residentes en el tubo digestivo y especialmente concentrada en el intestino grueso (con cerca de 100 billones de bacterias).

 

LA MICROBIOTA

En la actualidad, la microbiota intestinal ha pasado de ser vista como un mero comensal acompañante, a considerarse un órgano metabólico con funciones en la nutrición, la regulación de la inmunidad y la inflamación sistémica,  influyendo de forma directa en el buen estado de salud general. Algunas de sus funciones conocidas son:

1- Ayudar a la correcta asimilación de nutrientes como el calcio, el magnesio y el hierro en el colon, y la fabricación de ácidos grasos de cadena corta (AGCC), importantes, entre otras cosas,  para la inmunorregulación.

2- Prevenir la infección de agentes infecciosos y el sobrecrecimiento de microorganismos con potencial patógeno. Funciona como un «efecto barrera».

3-Desarrollo y modulación del sistema inmune. Recientes estudios sobre la microbiota intestinal y su capacidad inmunomoduladora conectan el asma, la obesidad y ciertas patologías de origen autoinmune con desequilibrios en la flora bacteriana.

4-Síntesis de ciertas vitaminas como la K y algunas del grupo B, algunas de ellas como  la B12 y el ácido fólico, esenciales para el sistema inmunitario

5- Eliminar las sustancias tóxicas y residuos químicos que llegan a nuestro intestino

6- Fabricar gran parte de los neurotransmisores que luego viajarán al cerebro a través de la sangre. En el intestino se genera más del 95% de la serotonina , el 50% de la dopamina y al menos otros 30 neurotransmisores más.

Pero, algunas situaciones, como el estrés mal gestionado, una alimentación desequilibrada, el exceso de higiene o la toma de antibióticos pueden producir un desequilibrio de la microbiota (disbiosis), alterando el ecosistema intestinal y la respuesta inmunitaria, lo que se ha asociado a la aparición de enfermedades inflamatorias crónicas y autoinmunes.

EL IMPACTO DE LA ALIMENTACIÓN MODERNA.

La dieta occidental, alta en grasas poco saludables, rica en azúcares y muy baja en fibra, incrementa la presencia de Firmicutes y reduce la de Bacteroidetes, dos tipos de bacterias que componen  la microbiota intestinal, aumentando el riesgo de desarrollar diabetes, obesidad, hipercolesterolemia y enfermedad cardiovascular. 

Por otro lado, existe una estudiada interacción entre la alimentación y el efecto de algunos nutrientes sobre el sistema inmune, siendo conocido que la deficiencia inmunitaria a veces se puede corregir incluyendo en la dieta determinados nutrientes como las vitaminas D y C, el zinc, el selenio o la glutamina.

El problema en la actualidad es que vivimos tan deprisa  que  hemos  incorporado  de  forma  automática este proceso vital  que es la  alimentación e ingerimos alimentos  sin  prestar  atención  a  qué  comemos, cómo  ni porqué. La alimentación actual está basada en alimentos procesados, refinados, pasteurizados, congelados, genéticamente modificados, cargados de azúcares, grasas trans, conservantes, gluten, productos lácteos y cárnicos de pésima calidad. Por el contrario, es deficiente en alimentos naturales e integrales,  fibra (esencial para mantener una buena salud digestiva), micronutrientes y energía vital. Este tipo de alimentación crea un medio interno ácido e inflamado y da  lugar a muchas de las enfermedades modernas.

Podemos afirmar pues, que estamos sobrealimentados pero mal nutridos, y es bien sabido que el comer en exceso es la causa principal del envejecimiento prematuro y que por el contario, una dieta moderada y nutritiva prolonga la vida y mejora la inmunidad en todas las especies animales.

ALIMENTACIÓN PROBIÓTICA

Durante años se han estudiado las civilizaciones más longevas y saludables del planeta y su relación con la alimentación y el estilo de vida. Tras años de investigación, se ha observado que todas mantenían una alimentación basada principalmente en alimentos de origen vegetal y muy baja o ausente de productos de origen animal, azúcares y alimentos procesados. Además, todas ellas consumían regularmente algún tipo de producto fermentado tradicional del lugar.

Los alimentos fermentados son alimentos ricos en microorganismos vivos, básicamente levaduras y bacterias como los Lactobacillus y Bifidobacterias, que modulan positivamente la composición de la microbiota intestinal y refuerzan el efecto de barrera: son probióticos naturales. Los probióticos tienen grandes beneficios para la salud, y entre otros, está comprobado que son capaces de reducir la respuesta inmune inflamatoria.

En general, el producto más asociado con los probióticos es el yogur, pero existen otros alimentos fermentados mucho más interesantes como el kéfir, el chucrut, el kimchi, la kombucha o el miso.

Recientes estudios demuestran que los Lactobacillus y las Bifidobacterias ejercen efectos directos sobre la función barrera del epitelio intestinal, reduciendo la hiperpermeabilidad y mejorando la resistencia intestinal epitelial (y por tanto, mejorando la respuesta inmune)

Si bien la salud digestiva tiene que ver con la condición de cada persona, de acuerdo a la Organización Mundial de Gastroenterología (WGO), lograr una correcta digestión requiere de la presencia constante y suficiente de nutrientes como la fibra y el agua, así como la inclusión de elementos como los probióticos, que favorecen la flora intestinal.

6 comentarios en «El sistema digestivo y su influencia en el sistema inmune»

  1. Yo hace un par de años que he incorporado los vegetales fermentados en mi dieta porque tengo problemas de salud, de infecciones crónicas y lo he notado mucho, estoy muy contenta con el descubrimiento. Muchas gracias por el artículo, me parece muy interesante….

    1. Gracias por tu comentario María. Me alegro mucho de que encuentres beneficio en los vegetales fermentados. A mi me han ayudado mucho también. Desde tiempos ancestrales es conocido el valor terapéutico de estos alimentos, pero con el uso de las técnicas de conservación modernas se han ido quedando en el olvido y la actual avalancha de problemas digestivos (y sus consecuencias para la salud) es en parte el resultado de esta valiosa pérdida (a parte de otros aspectos de la vida moderna, como el estrés).

    1. Gracias, Lola, por tu comentario. Cuidar de la salud es un trabajo de fondo, y necesitamos hacerlo con amor, responsabilidad y conocimiento/comprensión. Lamentablemente, la visión occidental actual sobre la salud poco tiene que ver con esto.

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